Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL


1516
Legislatura: 1893-1894 (Cortes de 1893 a 1895)
Sesión: 6 de abril de 1894
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 100, 3356-3357
Tema: Orígenes y significación de la última crisis ministerial

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene S . S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Señores Diputados, hay que tomar a risa ciertas cosas del Sr. Romero Robledo. (El Sr. Romero Robledo: ¿Por qué?) Porque hacen gracia: yo me he reído porque S. S. me ha hecho reír muchas veces esta tarde; pero en verdad que no son cosas, a mi parecer, dignas del Parlamento.

Yo no sé qué empeño tiene S. S. en venir aquí a hablar del Sr. Gamazo. ¿Pues qué va ganando el señor Gamazo con venir al Ministerio? ¿Le parece a S. S. [3356] que gana algo con eso? Pues si ha estado en el Ministerio el tiempo que ha estado, ha sido por puro patriotismo y por servir a su partido. (El Sr. Romero Robledo: Sí, nadie quiere ser Ministro, pero todos lo desean.)

Jamás he conocido en el Sr. Gamazo deseo ninguno de ser ministro; porque ya lo ha sido, y después de haberlo sido, que era la aspiración que él podía tener, aspiración justa y legítima, ¿qué va ganando con venir al banco azul? Al contrario: pierde mucho; pero el Sr. Gamazo aceptó el Ministerio por cumplir un deber para con su partido, puesto que el partido se lo impuso, y una de las razones que a mi me daba para salir, era que una lucha de tantos meses con intereses encontrados, para quien no tiene necesidad de estar en el Ministerio, es lucha muy pesada y es una carga verdaderamente abrumadora. Así, pues, ¿a qué ni para qué había yo de halagar y de ofrecer estímulos al Sr. Gamazo con la promesa de traerle otra vez al Ministerio? El día que fuera necesario traerle al Ministerio, ya sé yo que me había de costar gran trabajo; pero si fuera preciso, haría todos los esfuerzos para convencerle... (El Sr. Gamazo, D. Germán: Y yo me inspiraría en el criterio del Sr. Romero Robledo para acceder.-El Sr. Romero Robledo: No he entendido bien.-El Sr. Gamazo, Don Germán: Digo que me inspiraría en el criterio de S. S., para que fuese menos difícil la tarea del señor Presidente.)

Por lo demás, como el Sr. Romero Robledo no quiere más que mortificar a aquellos de mis amigos a quienes más consideraciones y más favores debo, también tengo que rectificar lo que ha dicho S. S. respecto al Sr. Montero Ríos; y eso que, después de todo, que el Sr. Montero Ríos saliera por un motivo o por otro, interesa ya poco al Parlamento. Salió del Ministerio a su tiempo; se vieron las razones que tenía para ello, e insistir en estas cosas me parece algo nimio para el Congreso. Pero en fin, el señor Montero Ríos, y hágase S. S. bien cargo de mis palabras, a consecuencia de haber encontrado dificultades en el primer plan que trajo de organización de los tribunales, nos bosquejó en líneas generales otro plan que, asegurando la mejor administración de justicia, de la cual no quería prescindir, y hacía bien, por nada ni por nadie, no traería en líneas generales mayores gastos. Así lo entendió él, y así lo entendimos todos los Ministros; pero cuando se estudió al detalle, nos encontramos con que aumentaba la cifra del presupuesto. ¿Qué tiene esto de particular, ni dónde hay engaño, ni ligereza, ni nada?

Conste, pues, que no queda mal el Sr. Montero Ríos, como S. S. decía ni como S. S. deseaba.

Por lo demás, siga S. S. con su afán de molestar a los amigos y de hacerles hablar, para dislocar a la mayoría, que no lo ha de conseguir; porque S. S. esfuerza tanto las cosas, que se le conoce la intención; y además, creedme S. S., se lo digo por su bien: generalmente, se pasa de listo.



VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL